martes, 27 de enero de 2015

1. LA RELIGIOSIDAD, DIMENSION HUMANA

1º Medio:

EL FENOMENO RELIGIOSO Y LA RESPUESTA CRISTIANA 


 Las religiones son un fenómeno universal. Desde los orígenes de la humanidad, diversos pueblos han creado expresiones religiosas para comprender su mundo y dar significado a lo que viven. De ahí se puede afirmar que el sentido religioso es propio del ser humano, parte de su naturaleza y se expresa tanto en religiones organizadas como en ritos, gestos y símbolos propios de cada cultura, los cuales pueden o no formar parte de un sistema religioso.

Para comprender este fenómeno, comenzaremos por analizar de dónde surge en el ser humano esta necesidad de dar sentido y significado a su propia experiencia, qué herramientas ocupa para satisfacer esta necesidad y cómo todo eso da origen a las religiones que han existido a lo largo de la historia y que existen ahora.

1. El ser humano y el misterio.

El ser humano se encuentra situado en una realidad que le sobrepasa y que en gran medida siente como ajena. El mundo, el tiempo y su propia existencia se le presentan como un gran enigma por resolver, como un misterio que debe ser comprendido y con el que desea relacionarse, y que cuando no encuentra respuesta, se vuelve un problema doloroso y urgente. A través de las ciencias y la filosofía, el ser humano va penetrando este misterio, descubriendo las leyes internas de la naturaleza, intentando explicaciones de por qué todo existe y cuál es su papel en el mundo. Pero este esfuerzo, aunque útil y necesario, resulta insuficiente. El misterio siempre queda más allá, nunca del todo comprendido, nunca acabado, siempre nuevo y desafiante.

Quizá la experiencia que con mayor evidencia enfrenta al ser humano frente al misterio de su propia existencia es el sufrimiento, el mal o la injusticia. Cuando la vida nos pone cara a cara con la muerte, con la injusticia o con el sufrimiento, surge inevitablemente la pregunta por el sentido de todo esto. Por más que tenga explicaciones racionales y lógicas sobre la enfermedad, la muerte o los desastres naturales, eso no alcanza para hacer que el ser humana satisfaga su necesidad de sentido. Intuye que la realidad debe tener un sentido, pero no logra conocer cuál es. Reconoce que el sufrimiento es parte de la vida, pero se niega a aceptarlo.

2. Las dimensiones de acceso a la realidad.

Frente a esta realidad que le sobrepasa y se le muestra misteriosa, el ser humano ocupa tres dimensiones de su racionalidad para abordarla y asimilara. Estas tres no se dan por separado, sino en conjunto y son constitutivas de todo ser humano. Nos referimos a las dimensiones científica, filosófica y religiosa. No hablamos de la ciencia, la filosofía y la religión propiamente tales, sino de aquellas dimensiones del ser humano a las que la ciencia, la filosofía y la religión intentan responder.

a) La dimensión científica.

El ser humano busca explicar el mundo que le rodea y manejarlo, comprender sus leyes y su funcionamiento, predecir su comportamiento, etc. Para ello se basa en la experiencia, la comprobación y el saber acumulado por las generaciones anteriores. La actitud fundamental detrás de la búsqueda científica es la curiosidad, la necesidad de saber y comprobar. Para la ciencia, la realidad abarca todo lo que es posible comprobar, de manera directa o indirecta, siéndole imposible considerar real aquello que no es comprobable por medio de los sentidos. Este esfuerzo se concreta en teorías científicas que explican la realidad y permiten comprobar y replicar sus resultados.

b) La dimensión filosófica.

Podríamos decir, un poco humorísticamente, que la filosofía es la única ciencia que no da respuestas y sólo hace preguntas. Y es que la función de la filosofía es la comprensión de la realidad, de su sentido y significado, más allá de su solo funcionamiento. Por eso busca el constante cuestionamiento sobre lo que existe y ocurre, buscando una comprensión cada vez más profunda de la realidad, de ahí que su actitud fundamental sea la interrogación. Para la filosofía, la realidad abarca todo aquello por lo que es posible preguntarse, por lo que su grado de apertura a la realidad es mayor que la dimensión científica. La reflexión filosófica se concreta en ideas filosóficas que buscan comprender el sentido de la realidad y abrir nuevas preguntas.

c) La dimensión religiosa. 


El término religión tiene dos etimologías posibles, ambas del latín religio. Según Cicerón (106 – 43 a. C.), el sustantivo religio del verbo relegere, por lo que significaría “volver a leer” o “leer más escrupulosamente”Siglos más tarde, Lactancio (250 -325 d. C.), hace derivar religio del verbo latino religare, significando “volver a unir, atar” o “atar más fuertemente”, siendo este último el sentido que le da san Agustín. Cabe recordar que la preposición “re” viene del latín “res” que significa cosa, por lo que acentúa el verbo que le sigue, de ahí que en español la preposición “re” signifique “volver a” o hacer más intensamente la acción del verbo. Enresumen, religión significaría “volver a unir, atar” o “atar más intensamente”. 


Por esto, la función propia de la dimensión religiosa es relacionar al ser humano con el misterio, religarlo con el sentido último de la existencia, hacerlo experimentar ese sentido que intuye sin alcanzar. De ahí que la actitud propia de esta dimensión sea la de adoración, es decir, la contemplación. Cuando el ser humano reconoce que el misterio le  sobrepasa, a pesar de sus esfuerzos por comprenderlo y explicarlo, se rinde ante él en una actitud de adoración, de fascinación. En cuanto al grado de apertura  a la realidad, la dimensión religiosa incluye todo lo que el ser humano pueda desear y experimentar, todo aquello que puede intuir de alguna manera, siendo un rango más amplio que el de las otras dos dimensiones, ya que las incluye en una visión integral de la realidad. El esfuerzo religioso seconcreta en las religiones organizadas que cada cultura ha formulado para responder al misterio de la realidad. 

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