"Todos somos tentados, porque la ley de la vida espiritual, de nuestra vida cristiana, es una lucha: una lucha. Porque el príncipe de este mundo -- el diablo -- no quiere nuestra santidad, no quiere que nosotros sigamos a Cristo. Alguno de ustedes, tal vez, no sé, podría decir: 'Pero, Padre, ¡qué antiguo es usted: hablar del diablo en el Siglo XXI!'. Pero ¡miren que el diablo existe! El diablo existe. ¡También en el Siglo XXI! Y no debemos ser ingenuos, ¡eh! Debemos aprender del Evangelio cómo se hace para luchar contra él".
El líder religioso destacó la "preocupación" de la Santa Sede por la crisis siria "y de manera concreta por la población, que con frecuencia sufre de manera inerme las consecuencias del conflicto".
El papa Francisco hizo este miércoles un nuevo llamamiento a la paz en Siria, pidió que se apoyen las iniciativas de la comunidad internacional para acabar con la guerra y que se favorezca la ayuda humanitaria para los refugiados, tutelándose su dignidad.
"Que callen las armas. Frente a la continuación de la violencia y los atropellos renuevo con fuerza mi llamamiento a la paz en Siria", afirmó el obispo de Roma en la audiencia que concedió a miembros de organismos caritativos católicos que operan en Siria y en países limítrofes.
Estos organismos se reunieron hoy en el Vaticano en un encuentro de coordinación promovido con el consejo pontificio "Cor Unum", que se encarga de distribuir la caridad del papa.
Francisco agradeció la labor que realizan y destacó la "preocupación" de la Santa Sede por la crisis siria "y de manera concreta por la población, que con frecuencia sufre de manera inerme las consecuencias del conflicto".
El papa Bergoglio recordó que Benedicto XVI pidió en numerosas ocasiones que "callasen las armas y se encontrase una solución a través del diálogo, para alcanzar una profunda reconciliación entre las partes".
Añadió que a él también le preocupa la suerte de los sirios y que el pasado Domingo de Resurrección pidió la paz "sobre todo para la amada Siria, para su población herida por el conflicto, y para los numerosos prófugos que esperan una ayuda y un consuelo".
"¡Cuánta sangre se ha derramado! ¿Cuántos sufrimientos habrá que soportar todavía antes de que se encuentre una solución política a la crisis?", dijo ese día (31 de marzo) Francisco, quien renovó "con fuerza" su llamamiento a la paz, "ante la continuación de la violencia y los atropellos".
El pontífice argentino subrayó que en las últimas semanas la comunidad internacional ha reafirmado su intención de promover iniciativas concretas para poner en marcha un diálogo provechoso, con el fin de acabar con la guerra y que son intentos "que hay que apoyar y de los que se espera el acercamiento de la paz".
Francisco añadió que la Iglesia está llamada a ayudar a los que sufren y que no puede echarse atrás ante situaciones como la de Siria y la de los países vecinos, "que generosamente acogen a los que huyen de la guerra" y que continuará con su ayuda humanitaria a la población.
El papa Bergoglio afirmó que para la Santa Sede ayudar a la población siria, "más allá de las diferencias étnicas o religiosas, es el modo más directo de contribuir a la pacificación y edificación de una sociedad abierta a todos sus componentes".
"Pido a la Comunidad internacional que junto a la búsqueda de una solución negociada del conflicto favorezca la ayuda humanitaria para los prófugos y refugiados sirios, mirando en primer lugar el bien de la persona y la tutela de su dignidad", agregó el papa.
Francisco también tuvo palabras de aliento para los cristianos que viven en Siria y en todo Oriente Medio, donde son una exigua minoría frente a la mayoría musulmana y les aseguró que la Iglesia les apoya en estos momentos de dificultades que atraviesan.
El pontífice les exhortó a no abandonar la tierra donde el cristianismo nació y dijo: "los queridos fieles de Siria tienen que saber que el papa está cerca y los acompaña y la Iglesia no los abandona".
FILADELFIA, 27 Sep. 15 / 08:45 am (ACI).- En palabras improvisadas al inicio de su discurso en el encuentro con los obispos asistentes al Encuentro Mundial de las Familias 2015 en Filadelfia, el Papa Francisco reveló que esta mañana se reunió con víctimas de abuso sexual en Estados Unidos y aseguró que "todos los responsables rendirán cuentas".
Antes de iniciar su discurso ante los obispos, el Pontífice señaló a los Prelados que “acabo de reunirme con un grupo de personas abusadas de niños que son ayudadas y acompañadas aquí en Filadelfia, con un especial cariño por el Arzobispo (de esta arquidiócesis) Mons. Chaput, y nos pareció que tenía que comunicarle esto a ustedes”.
“Llevo grabado en mi corazón las historias, el sufrimiento y el dolor de los menores que fueron abusados sexualmente por sacerdotes”, señaló Francisco.
El Santo Padre indicó a los obispos que “continúa abrumándome la vergüenza de que personas que tenían a su cargo el tierno cuidado de esos pequeños es violada y les causaran grandes daños, lo lamento profundamente”.
“Dios llora” por estos abusos, aseguró.
“Los crímenes y pecados de los abusos sexuales a menores no pueden ser mantenidos en secreto por más tiempo” afirmó y expresó su compromiso de mantener una “celosa vigilancia de la Iglesia para proteger a los menores y prometo que todos los responsables rendirán cuentas”.
Francisco destacó que las víctimas de abusos sexuales “se han convertido en verdaderos heraldos, líderes de esperanza y ministros de misericordia”.
“Humildemente le debemos a cada uno de ellos y a sus familias nuestra gratitud por su inmenso valor para hacer brillar la luz de Cristo sobre el mal abuso sexual de menores”, señaló.
En un comunicado dado a conocer por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, se informó que el Santo Padre recibió a un grupo de víctimas acompañadas por el Cardenal Sean O’Malley, Arzobispo de Boston y Presidente de la Comisión para la Tutela de los Menores creada por el Papa. “Eran cinco personas adultas: tres mujeres y dos hombres que sufrieron abusos cuando eran menores de edad y cada uno estaba acompañado por un miembro de su familia o alguien que los ayuda”.
Del grupo presente no todos sufrieron abusos por parte de sacerdotes sino por otras personas cercanas como educadores o familiares.
El Papa, dice el texto, “les ha dado unas palabras en común y luego ha saludado a cada uno y ha rezado con ellos, ha manifestado su participación de su sufrimiento, su dolor y vergüenza” y ha reiterado su esfuerzo en la lucha “para que todas las víctimas sean escuchadas y tratadas con justicia, los culpables sean castigados y los crímenes de abusos sean combatidos con una eficaz obra de prevención en la Iglesia y la sociedad”.
“El encuentro ha durado cerca de media hora y ha terminado con la bendición del Santo Padre”, concluye el comunicado.
VATICANO, 10 Nov. 15 / 02:50 am (ACI).- El Papa Francisco ya está en Florencia con motivo del V Congreso Nacional de la Iglesia Italiana que se celebra estos días en Italia Primero acudió a la ciudad vecina de Prato, situada a pocos kilómetros de Florencia, donde advirtió de que “la vida de cada comunidad exige que se combatan hasta el fondo el cáncer de la corrupción y el veneno de la ilegalidad”. Prato cuenta con una de las industrias textiles más importantes del país y allí Francisco saludó a miles de fieles que le esperaban en la plaza de la Catedral y que le escucharon hablar de la dignidad del trabajo y la necesidad de acoger a todos. “He venido como peregrino a esta ciudad rica de historia y de belleza, que durante siglos ha merecido la definición de ‘ciudad de María’. Son afortunados porque ¡están en buenas manos!” El Papa les dijo que “son privilegiados también porque custodian la reliquia de la ‘Sagrada Cintura’ de la Virgen, que acabo de venerar”. Recordando que San Pablo pide ‘revestirse de la armadura de Dios’, pidió a los fieles de Prato ceñirse de la verdad. “No se puede fundar nada bueno sobre la mentira y la falta de transparencia”. “Buscar y elegir la verdad no es fácil, pero es una decisión vital que debe marcar profundamente la existencia de cada uno y también de la sociedad, para que sea más justa y honesta”. En este sentido, “la sacralidad de cada ser humano requiere para cada uno respeto, acogida y un trabajo digno”. “La vida de cada comunidad exige que se combatan hasta el fondo el cáncer de la corrupción y el veneno de la ilegalidad”, denunció.
Por eso, “¡no nos cansemos de luchar por la verdad!”. A los jóvenes les invitó “a no caer nunca en el pesimismo y en la resignación”. Francisco ofreció algunos pensamientos relacionados con la Escritura. El primero fue sobre el “camino de salvación que el pueblo de Israel emprendió, de la esclavitud de Egipto a la Tierra Prometida”. “Antes de liberarlo, el Señor pide celebrar la cena pascual y consumarla de un modo particular”, recordó. “Ceñirse las vestiduras significa estar preparados, prepararse a partir, a salir para ponerse en camino” y “a esto nos exhorta el Señor también hoy, hoy más que nunca: a no permanecer cerrados, en la indiferencia, sino a abrirnos”. También “a sentirnos, todos, llamados y preparados a dejar algo para llegar a alguno, con el que compartir la alegría de haber encontrado al Señor y también el cansancio de caminar por el camino”. El Papa indicó que salir significa “acercarse a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”. “Una fe que piensa en sí misma y está cerrada en casa no es fiel a la invitación del Señor, que llama a los suyos a tomar la iniciativa y a involucrarse, sin miedo”. El Santo Padre advirtió del “peligro de sufrir el torbellino de los acontecimientos, perdiendo la valentía de buscar la ruta”. “Se prefiere entonces el refugio de cualquier puerto seguro y se renuncia a tomar el largo sobre la palabra de Jesús” pero “Jesús, que quiere llegar a quien no lo ama, nos anima”. “Desea que nazca en nosotros una renovada pasión misionera y nos confía una gran responsabilidad. Pide a la Iglesia su esposa caminar por los senderos accidentados de hoy, de acompañar a quien ha perdido la vida, plantar tiendas de esperanza donde acoger a quien está herido y ya no espere nada de la vida”. El Santo Padre recordó que “hemos sido servidos por Cristo, que se ha hecho nuestro prójimo, para servir a la vez a quien está cercano a nosotros”. “Para un discípulo de Jesús ningún cercano puede ser lejano” porque “existen lejanos que están demasiado distantes, pero próximo de alcanzar”. El Papa les agradeció todo lo que hacen por acoger y dar trabajo a las personas. “No se desanimen ante las dificultades”, les dijo. “Sean siempre animados por el deseo de establecer varios ‘puntos de proximidad’”. Antes de despedirse dio un consejo: “Si alguno se siente cansado u oprimido por las circunstancias de la vida, que se confíe a nuestra Madre, que es cercana y consuela”.
Esta semana se presentó al público el primer disco del sumo pontífice, que mezcla rock, pop, fragmentos de sus discursos y canto gregoriano. “¡Despierten!” es su título.
En marzo de 2013, cuando el cónclave elegía al Papa Francisco, un personaje llamó la atención de la prensa internacional: un hombre vestido como mendigo que rezaba de rodillas en la Plaza de San Pedro. Este martes el mismo “mendigo” ha regresado a Roma para rezar por la Iglesia y exhortar a los fieles a hacer penitencia.
Esta semana se publican en Italia dos libros que buscarían poner a prueba la capacidad del Vaticano y del Papa Francisco para resistir a los escándalos.
El que más atención ha recibido de la prensa es “Mercaderes en el Templo” del periodista italiano Gianluigi Nuzzi, autor del bestseller “Su Santidad” que en el año 2012 desató el primer escándalo conocido como “Vatileaks” que terminó con la condena del mayordomo de Benedicto XVI, Paolo Gabriele, por filtrar documentos a Nuzzi. El segundo libro “Avaricia: Documentos que revelan la riqueza, escándalos y secretos de la Iglesia de Francisco” del periodista italiano Emiliano Fittipaldi, tiene el intento menos pretencioso de convencer al mundo que -¡sorpresa!- el Vaticano tiene dinero. Leer “Mercaderes en el Templo” evoca inmediatamente una observación de George Weigel sobre algunos autores en Italia: “La frontera entre el hecho y la ficción en el periodismo italiano es, de hecho, no una frontera, sino una membrana, a través de la cual todo tipo de material pasa en ambas direcciones”. Se vende como destape pero se lee como novela Así comienza el libro de Nuzzi: “Es la tarde del 12 de septiembre de 1978. El Papa Juan Pablo I, después de solo 18 días de su pontificado, descubre un poderoso lobby masónico con 120 miembros activos dentro de la Curia… entonces anunció sus planes para hacer dramáticos cambios en la Curia Romana al Cardenal Villot, pero (…) al día siguiente, al alba, la hermana Vincenza Taffarel encuentra el cuerpo sin vida del Pontífice en su cama”. El libro que de acuerdo a Nuzzi ofrecería “pruebas de una gigante, y aparentemente imparable, malversación que el Pontífice está enfrentando con singular coraje y determinación”, es una enrevesada, y a veces aburrida novela que entrelaza el “asesinato” del Papa Albino Lucciani con masones, lobbies gays, mafia italiana, corporaciones internacionales y virus implantados dentro de las oficinas vaticanas. Usando y abusando de documentos que serían secretos así como conversaciones grabadas, Nuzzi presenta el caso –realmente bien conocido-, de que el Papa Francisco está decidido a poner fin al mal uso de fondos, el pago de “trabajos no presupuestados que eran realizados sin supervisión y con facturas ridículamente infladas” y el uso de las donaciones de los fieles. Santos y “héroes” El segundo capítulo, en relación con el “hacedor de santos”, comienza halagando a Mons. Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Chaouqui, precisamente los dos individuos que en la última semana fueron arrestados por el Vaticano por filtrar documentos confidenciales a la prensa, tal vez al mismo Nuzzi. Vallejo Balda es presentado como un héroe a lo largo del libro, especialmente en el capítulo 9. Nuzzi claramente muestra su falta de conocimiento de los procesos en el Vaticano, quejándose de que "hacer un santo" tiene un precio promedio de 500.000 euros. “Nosotros entonces tenemos que considerar los costos de todos los regalos de agradecimiento necesarios para los prelados que son invitados a las festividades y celebraciones en momentos cruciales del proceso, para decir unas pocas palabras sobre los hechos y milagros del futuro santo o beato”. Nuzzi claramente ignora la costosa naturaleza de las investigaciones teológicas, morales, históricas y médicas requeridas para asegurar que el santo tiene las necesarias “virtudes heroicas” y más tarde corroborar un milagro atribuido a su intercesión. Y lo más importante, ignora que ningún postulador de un santo -ni siquiera de aquellos con causas que duran décadas- se ha quejado alguna vez de los costos del proceso. ¿Viviendas de lujo? En el tercer capítulo el autor trata de describir un turbio manejo del dinero para referirse al “lujoso” estilo de muchos cardenales: “Los cardenales de la Curia residen en viviendas principescas de 400, 500 e incluso 600 metros cuadrados”, sostiene Nuzzi. Es verdad que, como en muchas otras áreas financieras, el manejo de los inmuebles del Vaticano necesita reformas pero Nuzzi ignora que aunque algunos cardenales han hecho escándalo por sus lujos, muchos otros cardenales y funcionarios del Vaticano se ven obligados a vivir en apartamentos gigantescos construidos hace siglos y que muchas veces pueden apenas costear. Por ejemplo, después de la firma de los pactos lateranenses de paz entre el Vaticano y el estado italiano, Mussolini construyó el colosal edificio vaticano de San Calisto, en el Trastevere, con apartamentos para cardenales tan grandes que muchos no pueden costear su ventilación total durante el verano ni la calefacción durante el invierno. Nuzzi también protesta por todo lo que podría ganar el Vaticano si alquilara sus propiedades a precios de mercado en lugar de entregarlas a precios reducidos a miembros de la Curia. Este argumento no se sostiene. Los funcionarios vaticanos ganan salarios significativamente bajos y reciben seguros médicos y planes de jubilación muy malos. La única ventaja que el Vaticano puede ofrecer a sus funcionarios es un alquiler reducido, así como gasolina, comida, algunos productos y medicinas libres de impuestos. Para alquilar las propiedades vaticanas a precios de mercado, el Vaticano debería pagar salarios competitivos, lo cual al final sería mucho más caro. Reclamos y chismes El libro de Nuzzi presenta algunos reclamos genuinos, como el hecho de que, hasta las recientes reformas solo 20 centavos de cada euro de los “centavos de Pedro” llegaban a los pobres, o el mal manejo de grandes cantidades de dinero en diferentes dicasterios romanos –consecuencia de la corrupción, dilapidación y contabilidad incompetente; así como grandes agujeros en los fondos de pensiones del Vaticano –por la suma de 800 millones de euros-. Sin embargo, la mayor parte del libro se lee como una interminable cadena de chismes sobre poco conocidos monseñores que viven de manera pródiga, cuando no corrupta, muchos de los cuales ya han sido material de abundante cobertura en la prensa italiana. El autor también añade notas internas interminables y una carta “confidencial” para decir que abunda la corrupción, el mal manejo y la absoluta incompetencia… sin reconocer que la reforma financiera, incluso sin haberse todavía completado, es uno de los éxitos más evidentes del pontificado de Francisco. En el capítulo 10, Nuzzi hace todo lo posible para desacreditar el record del Cardenal Pell en Australia, incluso desfigurando o maquillando hechos de su pasado. Pero el autor tiene que rendirse al hecho de que el cardenal australiano es fiel al deseo del Papa de reformar y que ha logrado algunas victorias, aunque no todas las que el autor cree que debería tener. Renuncia del Papa En el último capítulo el autor pregunta si el Papa Francisco renunciará. El tema de una posible renuncia de Francisco nunca es mencionada en el capítulo, excepto por el título. Pero plantea el tema: “¿Ganará el Papa la batalla? Es difícil responder esta pregunta con alguna certeza. Creo que su proyecto no podrá ser aplazado o evitado, pero es difícil sostener que tendrá éxito en llevar a término su ambiciosa misión”. Demasiadas palabras para concluir lo que todo el mundo sabe, sin la necesidad de leer un sinfín de secretos y notas aburridas.
La ayuda y misión de los ángeles custodios no termina con la muerte de su protegido: continúa hasta llevarla a la unión con Dios
PADRE ANTONIO MARÍA CÁRDENAS ORC 2 NOVIEMBRE, 2015.
El Catecismo de la Iglesia Católica, haciendo alusión a los santos ángeles, enseña en el numeral 336 que “desde su comienzo hasta la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión”. De lo anterior se desprende que el hombre goza de la protección y guarda de su ángel custodio aún en el momento de su muerte. La compañía que dan los Ángeles no es solo en esta vida terrestre, sino que su acción se prolonga en la otra vida. Para entender la relación que une a los ángeles con los hombres al momento de su tránsito a la otra vida es necesario entender que los ángeles han sido “enviados para todos aquellos que han de heredar la salvación” (cfr. Hb- 1,14). Igualmente san Basilio Magno enseña que “nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida” (cfr. Cat. 336). Es decir, los ángeles custodios tienen como principal misión la salvación del hombre, que el hombre entre a la vida de unión con Dios y en esta misión se encuentra la asistencia que dan a las almas en el momento de presentarse ante Dios. Los Padres de la Iglesia ponen de presente esta especial misión al decir que los Custodios Angélicos asisten al alma en el momento de la muerte, y la protegen de los ataques últimos de los demonios. San Luis Gonzaga (1568-1591) enseña que en el momento en que el alma abandona el cuerpo, ésta es acompañada y consolada por su Ángel custodio para que se presente con confianza ante el Tribunal de Dios. El ángel, de acuerdo con este santo, presenta los méritos de Cristo para que en ellos se apoye el alma en el momento de su juicio particular y, una vez pronunciada la sentencia por el Divino Juez, si el alma es enviada al purgatorio, ésta recibe la visita frecuente de su Custodio quien la conforta y consuela llevándole las oraciones que se presentan por ella, y asegurándole una futura liberación. De esta manera se comprende que la ayuda y misión de los ángeles custodios no termina con la muerte de quien fuera su protegido. Esta misión continúa hasta llevar el alma a la unión con Dios. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que después de la muerte nos espera un juicio particular en el que el alma ante Dios puede elegir entre abrirse al amor de Dios o rechazar definitivamente su amor y su perdón, renunciando así para siempre a la comunión gozosa con él (cfr. Juan Pablo II, Audiencia General del 4 de Agosto de 1999). Si el alma decide entrar en la comunión con Dios el alma se une a su ángel para alabar por toda la eternidad a Dios Uno y Trino. Sin embargo, puede ocurrir que el alma se encuentra “en la condición de apertura a Dios, pero de un modo imperfecto, el camino hacia la bienaventuranza plena requiere una purificación, que la fe de la Iglesia ilustra mediante la doctrina del «purgatorio»” (Juan Pablo II, Audiencia General del 4 de Agosto de 1999). En este evento el ángel al ser santo y puro, al vivir en la presencia de Dios, no necesita y tampoco puede participar de esa purificación del alma de su protegido. Lo que si hace el ángel guardián es interceder por su protegido delante del trono de Dios y buscar ayuda entre los hombres en la tierra para así llevar las oraciones a su protegido y, de esta manera, salir del purgatorio. Aquellas almas que deciden rechazar definitivamente el amor y el perdón de Dios, renunciando así para siempre a la comunión gozosa con él (Juan Pablo II, Audiencia General, 21 de Julio de 1999), renuncian y también rechazan el gozar la amistad con su ángel custodio. En este terrible evento el ángel alaba la justicia y la santidad divinas. En cualquiera de los tres posibles escenarios (cielo, purgatorio o infierno) el santo ángel siempre gozará con el juicio de Dios, pues el ángel se une de manera perfecta y total a la voluntad divina. En estos días, recordemos que nos podemos unir a los ángeles de nuestros seres queridos que han fallecido para que ellos lleven ante Dios nuestras oraciones y plegarias y se manifieste la misericordia de Dios.
REDACCIÓN CENTRAL, 02 Nov. 15 / 12:03 am (ACI).- “El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son testimonios de confiada esperanza, arraigada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte humana, puesto que el hombre está destinado a una vida sin límites, cuya raíz y realización están en Dios”, afirmó el Papa Francisco en 2014. Cada 2 de noviembre, día que se conmemora a los Fieles Difuntos, miles de personas en todo el mundo visitan las tumbas de sus seres queridos que pasaron a la otra vida y la Iglesia eleva oraciones y ofrece sacrificios por su eterno descanso. El alma de las persona fallecida puede ir al cielo, al infierno o al purgatorio. Si va al purgatorio quiere decir que aún necesita purificarse, pero su destino será, en algún momento, el cielo. Por ello los creyentes en la tierra pueden ayudar a las almas del purgatorio con las oraciones, la limosna, y sobre todo cor el sacrificio de la Santa Misa para que puedan ir más pronto al cielo.
Un homenaje para una gran y humilde mujer:Jacoba del Carmen Cárdenas Valderrama, tía del autor RT y hermana de su madre Clara.
Costurera famosa, entre las dueñas de casa del humilde Barrio de el Mirador de La Ligua, Hoy calle Pichicuy 435, década del 1960 -70 - 80. Donde la costura era lo básico para el buen vestir de la población.
Nace un 20 de Enero de 1921 en un hermoso campo de Los Loros de Frerina, rodeada de olivos, flores, junto al río Huasco, en una variedad de ganado y aves,... hija de Ramón (arriero) y María del Rosario (dueña de casa, agricultora), junto a sus 7 hermanitos (12 finalmente) grandes personas.
Y su tranquila Pascua, el 18 de Octubre de 2006 en el Hospital San Agustín de La Ligua; consecuencia del amor al cigarro diario, compartido como un relajo y diálogo con sus clientas permanentes de visitas diarias.
Jacoba Cárdenas Valderrama
Esta bella melodía, de su sobrino Rodrigo y Lorenzo; tan bien interpretada junto a sus hijos: Gabriel, Candela, Rafael, Ornella, en Alemania; refleja y representa su vida; la armonía, el silencio y pulcritud de su vida.
Una mujer humilde, correcta, sabia, amorosa con sus hijos, sufrida, exigente consigo misma, amistosa, generosa, inteligente, de profunda fe católica.
Gracias por su vida, madre de 5 hijos; esposa fiel a su marido Leandro. Vives por siempre en el corazón de los que te conocieron y aman.
¡Gracias mamita, hermana, tía, cuñada, suegra, abuelita, vecina, amiga, ... Costurera de El Mirador de La Ligua!
Vocación a la "Visitación de Santa María"; fundado por San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca de Chantal, Francia. 6 de Junio de 1610.
La Orden de la Visitación de Santa María fue fundada como congregación religiosa por Francisco de Sales (1567-1622), obispo de Ginebra entonces exiliado en Annecy, Francia, y por su discípula la baronesa Jeanne-Françoise Frémiot de Chantal (1572-1641).
La idea de crear una nueva congregación había sido expuesta por el obispo a la baronesa el 4 de junio de 1607: el 6 de junio de 1610, en la casa de la Galerie de Annecy, donde vivía Francisco de Sales, Juana de Chantal y Charlotte de Bréchard fundaron el Instituto de la Visitación de Santa María.
En 1611, tras un año de noviciado, las primeras hermanas hicieron la profesión de manos de los fundadores. Las primeras constituciones son de 1613: escritas por Francisco de Sales, no prescribe la clausura, pero recomienda el "ejercicio del amor divino" mediante la visita a los pobres y los enfermos: de ahí vendrá el nombre de "visitandines" que recibirán las hermanas. Además, promueve la devoción al Sagrado Corazón.
El arzobispo de Lyon, Denis-Simon de Marguemont, pidió a Francisco de Sales que se abriera un convento de salesas en la ciudad en 1615, las autoridades eclesiásticas, entonces, impusieron modificaciones a las constituciones, que tomarán la forma definitiva hacia el 1616.
La congregación se convierte entonces en una orden monástica de clausura, dedicado a la vida contemplativa. La regla se basaba en la Regla de San Agustín. La orden fue aprobada por la Santa Sede el 23 de abril de 1618, el 16 de octubre fue erigida como orden religiosa por el papaPablo V.
La Orden de la Visitación pronto tuvo una gran difusión en todo el Mundo: en 1622, a la muerte de Francisco de Sales, había 13 monasterios, en 1641, al fallecer Chantal, ya eran 87 casas.
Por Abel Camasca aciprensa. REDACCIÓN CENTRAL, 30 Oct. 15 / 07:03 pm (ACI).- El reconocido exorcista P. José Antonio Fortea en su “Summa Daemoniaca” menciona un gran conjunto de cuestiones relativas al demonio que es importante que todo cristiano lo tome en cuenta para el combate espiritual por alcanzar el cielo. Aquí 13 cosas que tal vez no sabías del diablo y sus demonios.
1.- El enemigo tiene varios nombres En el Antiguo Testamento se le llama “Satán” que significaría “adversario, enemigo, opositor”. Asimismo, en el Nuevo Testamento se le nombra como “Diablo”, que viene del verbo griego “diaballo” (acusar). En cambio la palabra demonio, del griego “daimon” (genio), es usado para designar a seres espirituales malignos.
Lucifer es un nombre que no está en las Sagradas Escrituras y que significa “estrella de la mañana” o “el que lleva la luz”. Lo cual “recuerda la pena tan grande que es que siendo tan bello, cayera”, indica el P, Fortea. Sin embargo, el presbítero sigue la misma idea de otro renombrado exorcista, P. Gabriele Amorth, quien considera que Lucifer es el nombre propio del segundo demonio en importancia en la jerarquía demoníaca.
2.- La gran prueba
Todos los ángeles al ser creados por Dios, sabían que Él era su creador, pero pasaron por una prueba “antes de la visión de la esencia de la Divinidad”. A modo de comparación, el sacerdote explica que sería como decir que “veían a Dios como una luz, que le oían como una voz majestuosa y santa, pero que su rostro seguía sin desvelarse”.
“En esa prueba unos obedecieron, otros desobedecieron. Los que desobedecieron de forma irreversible se transformaron en demonios. Ellos mismos se transformaron en lo que son. Nadie les hizo así”.
3.- La batalla en el cielo fue intelectual
Al respecto, el exorcista indica que los ángeles desobedientes empezaron a odiar a Dios y a verlo como una cadena que oprimía su libertad. La batalla entre Miguel y Lucifer, cada uno con sus ángeles, no fue con armas, ya que no tienen cuerpo, “las únicas armas que pueden blandir son los argumentos intelectuales”, explica.
“Unos se hicieron más soberbios, otros no tanto. Cada ángel rebelde fue deformándose más y más, cada uno en unos pecados específicos. Así como, por el contrario, los ángeles fieles se fueron santificando progresivamente. Unos ángeles se santificaron más en una virtud otros en otra… los ángeles fueron admitidos a la presencia divina, y a los demonios se les dejó que se alejaran”.
4.- La razón de su rebeldía
Sólo en este punto se toma como referencia el libro “Historia del Mundo Angélico”, también del P. Fortea. Allí sugiere, a modo de novela, que la prueba por la que habrían pasado los ángeles es la revelación que les hizo Dios sobre crear el mundo material con la humanidad, que Él se haría hombre para salvar a los pecadores y que nacería de una mujer, la cual sería la reina de los ángeles.
Lucifer no pudo soportar esta idea, creía que él debería engendrarlo al ser la “obra maestra” del Creador. Más adelante con otros ángeles acusaron que Dios estaba equivocado y se rebelaron por completo. Los ángeles que acataron la voluntad de Dios se postraron a adorar a su creador, aún sin ver todavía su esencia. Mientras que los rebeldes se alejaron del amor de Dios.
5.- Son seres espirituales
“Un demonio es un ser espiritual de naturaleza angélica condenado eternamente”. Es decir, no tienen cuerpo, no sienten inclinación a ningún pecado que se cometa con el cuerpo, pero pueden tentar a los hombres a pecar en esas materias. Comprenden esos pecados de un modo meramente intelectual y sus faltas son sólo espirituales.
En este sentido el exorcista precisa que Satán “sigue siendo un bellísimo ángel en su naturaleza, aunque repugnante en su aspecto moral… Su ser personal se ha deformado, pero su naturaleza permanece y permanecerá intacta haga lo que haga. Dado que ambas cosas son inseparables, él auténticamente es un monstruo, un ser deforme, alguien que produce repugnancia y aversión”.
6.- Entre los demonios también hay tiempo
Su tiempo no es material como el de los humanos, sino que es un tiempo propio de los espíritus, que es llamado “evo” (“aevum” en latín) y que es la sucesión de actos de entendimiento y voluntad en un ser espiritual.
El Creador, en cambio, vive en un eterno presente. “Sólo en Él no hay sucesión de tiempo de ninguna clase. En Él no ha transcurrido nunca ni un solo segundo, ni un solo antes ni después. La eternidad de Dios es cualitativamente distinta de la eternidad del tiempo material (con un principio, pero sin final) y de la eternidad del evo (también con un principio, también sin final)”, puntualiza Fortea.
7.- Sufren al considerar a Dios
Cada ángel caído “en el conocer encuentra placer, pero también sufrimiento. Sufre cada vez que ese conocimiento le lleva a considerar a Dios. Y el demonio percibe continuamente el orden y la gloria del Creador en todas las cosas. Hasta en las cosas aparentemente más neutras, él encuentra el reflejo y el recuerdo de los atributos divinos”.
Sin embargo, el exorcista plantea que “el demonio no está siempre en cada instante sufriendo. Muchas veces simplemente piensa. Sólo sufre en ciertos momentos, cuando se acuerda de Dios, cuando se vuelve a hacer consciente de su miserable estado, de su separación de Dios”.
8.- No conocen el futuro, ni pueden leer los pensamientos
Los demonios no ven el futuro, pero con su inteligencia muy superior a la del ser humano pueden deducir por sus causas algunas cosas que sucederán. No saben lo que uno decidirá porque “la libertad humana es el gran factor de indeterminación en sus previsiones”, sostiene el P. Fortea.
“Los demonios pueden tentarnos pero no pueden leer nuestros pensamientos. Aunque dada su gran inteligencia pueden conjeturar lo que pensamos. Al ser seres más inteligentes que nosotros, deducen muchas más cosas y con más seguridad con muy pocos signos externos que lo que deduciríamos nosotros. Pero siempre hay que recordar que ellos están fuera de nuestra alma, sólo Dios puede leer nuestra alma”.
Se trata de una producción que descifra y proyecta conceptos de la cultura Tiwanakota, en esencia, se busca explicar, cómo se dividía y promocionaba el apoyo comunitario y la complementariedad, entre antagónicos, explicó Rafael Vásquez Burke, director de Marketing de la producción.
Para una mejor comprensión del espectador, en el documental se realiza una comparación con la cultura occidental y la andina, mostrando así sus grandes diferencias, pero también el audiovisual revela la filosofía de la cultura occidental sobre la cultura andina.
La territorialidad, el animismo espiritual, la economía recíproca, la salud, la educación y la justicia comunitaria y otros aspectos de la milenaria cultura tiwanakota fueron motivo de investigaciones que se hallan en el documental.
Para enriquecer el trabajo, se tuvo que acudir a varios expertos y profesionales entre ellos a arqueólogos e investigadores quienes a través de su conocimiento realizaron aportes.
El material está orientado a todo público, tras la presentación, estará disponible en librerías, puestos de periódicos y en otros puntos.
www.culturasdebolivia.gob.bo
El primer episodio de la serie documental, de cuatro capítulos, "Los Secretos de Tiwanaku", denominado "Pachakuti, el retorno al equilibrio"
La serie dirigida por el director cochabambino, Camilo Maldonado, es un proyecto de documentales televisivos. En este documental se devela datos contenidos en las ruinas arqueológicas de esta mítica cultura, estos secretos, desconocidos por el común de la gente, según Montaño, pueden ayudarnos a entender mejor, no sólo el origen de muchas culturas sudamericanas sino también su idiosincrasia.
Los documentales se basan en evidencias que sustentan nuevas interpretaciones, que a partir de 1985 definen a Tiwanaku como una sociedad de perfecta convivencia pacífica, armónica y equilibrada, ya que no se encontraron evidencias de un ejército, armamento ni guerras, y según los hallazgos su expansión pudo abarcar gran parte del continente Sudamericano, explica el productor de la serie, quien invirtió en esta producción.
Este primer episodio habla de Pachakuti y el proceso de retorno al equilibrio, que da inicio a un nuevo ciclo histórico del desarrollo social en cualquier civilización, en otras palabras, es el comienzo de un nuevo orden social caracterizado por la búsqueda de una nueva identidad, dice Montaño.
Monjes de Santo Domingo de SilosGrabación Histórica de Radio Nacional de España.LIVE En el teatro Real de Madrid. Año 1972. Director: Ismael Frenandez Cuesta PROGRAMACIÓN: en pista Nº 10 del Vídeo.
El Monasterio de Santo Domingo de Silos es una abadía benedictina ubicada en la parte oriental de un pequeño valle, que el primer documento del Archivo de Silos, del año 954, ya lo denomina "valle de Tabladillo" perteneciente al municipio de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos. Se halla comunicado por tres carreteras secundarias que desembocan, por Aranda de Duero y por Lerma, con la nacional A-1, y por Hacinas, con la N-234. Su claustro es una de las obras maestras del románico español.
Su historia El monasterio, aunque no en su actual configuración, se remonta a la época visigótica (siglo VII), si bien se desvanece durante la ocupación musulmana. En el siglo X, llamado aún San Sebastián de Silos, y en especial durante el periodo en que el conde Fernán González gobierna en Castilla (930-970), vuelve a resurgir la comunidad monástica alcanzando una pujante actividad que nuevamente decae bajo las razias de Almanzor. Desaparecido éste en 1002 y recobrada la serenidad, el monasterio se encuentra arruinado y maltrecho. Cuando en 1041 Domingo, prior del monasterio de San Millán de la Cogolla, se refugia en Castilla huyendo del rey de Navarra, es bien recibido por el monarca leonés Fernando I quien le confía la misión de restablecer el antiguo esplendor y dar nuevo auge al monasterio de Silos puesto bajo la advocación de San Sebastián. Con el decidido impulso de Santo Domingo como abad del cenobio se erigió la iglesia románica, magnífico templo de tres naves y cinco ábsides consagrado en 1088 por el abad Fortunio, el claustro que aún perdura, y el resto de las dependencias monacales. A la muerte del santo, el monasterio toma su patrocinio y pasa a denominarse Santo Domingo de Silos. Hacia 1170, la dama de origen noble Juana de Aza, que estaba encinta, peregrina a Silos en busca de dirección espiritual. Su hijo, Domingo de Guzmán será bautizado así en honor del santo patrono de la abadía. En el siglo XVIII se deja sentir la necesidad de ampliar las instalaciones, principalmente la cabida de la iglesia. Se encomienda al arquitecto Ventura Rodríguez llevar a cabo las debidas reformas. Sin el menor miramiento, sin ninguna consideración, con el desprecio que en aquella época se mostraba por todo lo medieval, se derribó el templo románico para sustituirlo por otro neoclásico que es el que hoy existe. Del primitivo queda como vestigio el ala sur del transepto y la Puerta de las Vírgenes que abre al claustro. La falta de recursos económicos hizo que el propio claustro no tuviera un mismo final que la iglesia. El 17 de noviembre de 1835 la vida monástica de silo se interrumpe a consecuencia y efectos de la desamortización de Mendizábal que implicaron la pérdida por expolio de parte de sus riquezas artísticas y documentales. Por fin, el 18 de diciembre de 1880 se establece una nueva comunidad de monjes benedictinos llegados de la abadía francesa de Ligugé, dirigidos por el monje de Solesmes, Ildelfonso Guépin. En una visita al monasterio, el poeta Gerardo Diego compuso el famoso soneto El ciprés de Silos, considerado como uno de los mejores sonetos de la literatura española. Hoy es lugar de afluencia de quienes saben apreciar las bellezas de su claustro románico y del canto gregoriano con que se acompañan los oficios religiosos. El origen del Canto Gregoriano de la antigua música eclesiástica, con carácter de monodia, cantada en la liturgia del Rito Romano bajo el nombre de Canto Gregoriano, se remonta a un pasado lejano. El nombre tradicional se deriva de el del Papa Gregorio el Grande (hacia el año 600). Gregorio I, fue Doctor de la Iglesia. Cursó leyes y hacia el año 570 obtuvo el cargo de praefectus urbis. Se retiró después a su propia casa, la cual convirtió en cenobio. En el año 578 se ordenó sacerdote y en el 590 fue elegido Papa; tuvo que hacer frente a una gran crisis por haber fracasado la restauración de Justiniano. Fue el primer pontífice que con su revisión pastoral y su reforma se abrió al mundo germánico. Debido a un dato aportado por su biógrafo, se admitió más tarde y de manera generalizada, que este Papa no sólo había pulido y arreglado el repertorio musical de la antigua música eclesiástica, sino que incluso fue él mismo autor, bien en parte o bien totalmente, de numerosas melodías. Fueron sus obras: pastorales, Regula pastoralis; hagiográficas, Libri quattuor dialogorum; y homilíticas Homiliae 22 in Ezech, y Homiliae 40 in Evang. En su iconografía se le representa recuentemente escribiendo bajo el dictado e inspiración del Espíritu Santo, que aparece simbólicamente en forma de paloma situada cerca de su oído. Sin embargo, el Canto Gregoriano que en la actualidad podemos encontrar recopilado en varios volúmenes y formando un todo unitario, no es obra de un solo hombre ni siquiera de una sola generación. El conocimiento que poseemos de la historia y del origen de las melodías eclesiásticas está lejos de ser profundo ya que apenas han llegado hasta nosotros algunos pocos manuscritos anteriores al siglo IX. Afortunadamente, el estudio comparado de los viejos textos y de las formas litúrgicas ha arrojado nueva luz sobre este tema. Los graduales y las antífonas actuales contienen todos los cantos correspondientes al año eclesiástico, pero el orden en el que
se nos presentan, no nos indica de qué períodos proceden las diferentes melodías ni tampoco a qué cambios han estado sometidos y cómo se han producido en el transcurso de los siglos. El cristianismo no rompió nunca con las formas culturales que ya existían en el momento de su aparición. Lo que hizo fue retomarlas y, solamente en caso de necesidad, adaptarlas para su propio empleo. El lenguaje y el arte del medio cultural se pusieron al servicio de la propagación del nuevo mensaje religioso. De este modo, los primeros cristianos utilizaron, sin duda, las melodías que previamente conocían. En Jerusalem y sus alrededores, donde se sitúa la zona en la que surgieron los primeros cristianos organizados, existían dos culturas, una al lado de otra, y también entremezcladas: la cultura tradicional puramente judía que tenía expresión en el templo y en los servicios de las sinagogas y la cultura de la civilización helenística que había surgido en los últimos siglos antes de Jesucristo y que se extendía por los países de la cuenca del Mediterráneo (desde Alejandría en Egipto, hasta Roma). Esta cultura creó un lenguaje común, el llamado griego helenístico, y en ella se fundieron otras varias culturas propias de los diferentes pueblos que formaban parte de este mundo tan amplio y variado. La liturgia de Roma -que se celebraba, en principio, en lengua griega y a partir del siglo IV ya en latín-, empleaba palabras de origen hebreo procedentes de la época anterior a Cristo, como "Hosanna", "Aleluya", "Amén", y también palabras griegas como "Kyrie eleisson" y "Agios" o Theos". La música primitiva proviene, esencialmente, de las sinagogas judías. Caracemos de datos acerca de la antigua música helenística para poder constatar sus huellas o su influencia sobre la música cristiana. En la liturgia cristiana podemos detectar, por el contrario, el claro influjo de la liturgia judía, como, por ejemplo, la plegaria que se entona cuando se enciende la lámpara a la caída de la tarde (Vísperas) "Deus in adjutorium meum intende. Domine ad adjuvandum me festina", o la santificación de las horas en los oficios (Primas, Tercias, Sextas y Nonas). Desde la salida hasta la puesta del sol, los antiguos cristianos dividían el día en doce horas. La alternancia de la lectura de los textos de la Sagrada Escritura y de los cantos se ha conservado a través de los siglos, al igual que persona de mayor rango entre las presentes dirija los rezos y que el diálogo establecido entre este "presbyteros" (sacerdote) y el pueblo (congregación), sea contestado por éstos últimos, siempre sobre sencillos motivos. El cantante solista mantuvo su importancia entre los primeros cristianos. En Occidente, su papel fue poco a poco siendo asumido por la "schola" (un pequeño grupo de cantores elegidos), y aquí reside la razón de la paulatina decadencia y posterior abandono de la florida ornamentación original de la melodía ( trinos, etc). Debido a su origen en las sinagogas, el Canto Gregoriano fue, en su principio, exclusivamente vocal. Los etíopes y los coptos todavía utilizaban los antiguos instrumentos de percusión tal y como se menciona en los salmos y que en los cultos de la antigüedad tan sólo eran utilizados en el templo de Jesuralem. Habría de transcurrir mucho tiempo antes de que el órgano hiciese su aparición en las iglesias occidentales; en Oriente, por el contrario, este instrumento se empleó en las festividades profanas. Durante los siglos que siguieron, el órgano encontró su verdadero lugar en los templos, acompañando, incluso, a la música Gregoriana que, en principio era, como antes apuntamos, únicamente de carácter vocal. Para unos, el verdadero Canto Gregoriano debe conservar esta forma desnuda de interpretación vocal sin acompañamiento, mientras que otros afirman que es conveniente el órgano y no desean ser privados de un acompañamiento que se les ha hecho tan familiar. En Occidente surgieron dos nuevos factores que determinaron poderosamente el curso de la música religiosa. Uno de ellos fue la oposición de la Iglesia Romana al excesivo empleo en las funciones litúrgicas de los himnos; el otro fue el cambio que sufrió la lengua de la liturgia con el paso del griego al latín, lo cual supuso que a partir del siglo IV hubiese que re-traducir los salmos a prosa latina.A partir de estos momentos, al mantener la línea melódica solista con carácter improvisatorio, que con frecuencia hacía uso de temas tradicionales, es posible encontrar de nuevo la expresión libre de los sentimientos descritos en los textos de los salmos, sentimientos de alegría, de serenidad, de arrepentimiento y de paz, de odio y de amor, es decir, todos aquellos sentimientos en los que los salmos son tan abundantes. Es aquí donde encontramos el verdadero fondo de la riqueza antifonal del repertorio que pertenece al Canto Gregoriano, muy en particular los cantos que acompañan ciertas partes de la celebración eucarística (misa): el Introito, el Ofertorio y la Comunión. El Canto Gregoriano constituye una auténtica fuente de inspiración para el libre desarrollo de la melodía y la expresión emocional de la música occidental.
Origen y Evolución. No es posible saber con exactitud las características de las expresiones musicales de los siglos anteriores al proceso que puso en marcha Constantino (a partir del edicto de Milán, del año 313) y que acabó convirtiendo el cristianismo en religión del estado, ya que a la falta de documentación se une el hecho de la clandestinidad de los fieles. No obstante, todo parece indicar que esa música debió ser mayoritariamente sagrada y no difería en lo esencial de la que venía ejecutándose desde antiguo en las sinagogas de las comunidades hebreas (hecho éste que se detallará más adelante), tanto en Jerusalem como en general en el área mediterránea. La primera de estas afirmaciones se desprende de la práctica inexistencia de música profana en las culturas anteriores y contemporáneas al nacimiento del cristianismo y la segunda de que éste se consideraba a sí mismo por entonces poco más que una secta disidente dentro del judaísmo. La creciente incorporación de gentiles a la nueva iglesia provocó sin duda la asimilación de influencias grecolatinas en los cánticos litúrgicos, que acabaron de enriquecerse poco después con la difusión de las tradiciones musicales celtas, sobre todo con posterioridad a la caída del imperio romano (476). La recitación melódica y la cantilena son con seguridad los dos elementos hebraicos más destacados en la formación de la nueva música, así como la teoría y los primeros rudimentos de notación resultan clara herencia de los griegos. Por lo que hace referencia a los celtas, las riquísimas tradiciones encarnadas en sus bardos debieron tener una proyección más allá del estricto plano musical, ya que es muy probable que su elaborado concepto de la escenificación haya dado soporte a la transformación de los primitivos rituales en la liturgia mucho más especializada de los siglos inmediatamente posteriores. Como quiera que fuera, la primera conservación y transmisión de la música en el sentido estricto que se haya realizado en Occidente, lo fue por motivos prácticos: la necesidad de fijar por escrito los cánticos que congregaban a los fieles. De estos primitivos salterios, el más vetusto que se conoce es el denominado Códice Alejandrino, del siglo V, que se conserva en el museo Británico. Contiene un total de trece cánticos, incluídos un Benedictus y un Magnificat, cantos estos fundamentales en el desarrollo actual de la liturgia y, como casi todos los ejemplares antiguos y contra lo que comúnmente se cree, es de pequeño formato. El mencionado fondo común que puede rastrearse en este período formativo y en cierto sentido vacilante dejará paso, entre los siglos IV-VI, a las diversas manifestaciones de la música bizantina y del ritual ambrosiano de la escuela de Milán, que desembocarán en la primera creación original del genio musical de Occidente: el canto llano Gregoriano. Al tratar sobre el canto de los cristianos se olvida frecuentemente señalar que su forma primitiva se tomó de las formas cantadas en las sinagogas. Es importante señalar el olvido de este hecho y ciertamente esta ignorancia acerca de una de nuestras principales fuentes conduce a muy diversas interpretaciones del canto llano, así como a errores sobre los que deberemos insistir. Es evidente que la forma melódica exacta del repertorio se ha alterado y que ya no lo podemos considerar como un heredero directo del repertorio de la sinagoga; innumerables influencias modificaron su aspecto musical. Sin embargo, cuando se escuchaba atentamente el canto judío, se descubrían en él los términos generales del discurso melódico cristiano: la palabra elevada hasta su mayor grado posible de solemnidad gracias a la tensión de la voz, el diálogo de los clérigos y su ritmo libre, la vocalización, etc. Cabe preguntarse cómo se ha llegado a considerar que este dialecto musical sea exclusivamente de origen latino. ¨Cuales son sus relaciones con las músicas judaica y latina?. ¨Cómo a lo largo de los siglos ha ido acumulando dicciones que desfiguran su forma original?. Estos son, en definitiva, los problemas que plantea la existencia del Canto Gregoriano. Sabido es que el "sustratum" de las costumbres del cristianismo primitivo tiene sus raíces en el judaísmo. El hecho es conocido, pero al haberse separado los cristianos de este judaísmo, se acepta corrientemente que no han querido conservar de él ni el menor rasgo, lo cual, evidentemente, es inexacto pues a través de la Biblia el mundo cristiano se liga profundamente al pasado. Muchos detalles nos llevan al culto judío: rezos, formas de devoción, etc., y en particular, la manera de tratar los textos sagrados, o sea, declamación melódica o cantilación. Esta manera de transmitir las tradiciones existe aún actualmente en la Iglesia latina bajo una forma esquematizada pero reconocible en las lecturas del Evangelio o de la Epístola en las oraciones como el prefacio de la Misa cantada. Ningún texto importante en los sistemas de tradición oral actuales se transmite sin esta forma de cantilación y se tiene la certidumbre que existió ya en el mundo judío. La dispersión de los apóstoles hacia Grecia, Egipto e Italia, sumió al culto en una atmósfera muy diferente. Hubo oleadas sucesivas de misioneros que partieron de los puntos m s diversos de la cristiandad: Palestina, Siria, Grecia, Egipto... y esto durante varios siglos. Sus costumbres se habían ya fijado y fueron ellas las que tuvieron que enfrentarse con ambientes dispares: Galia, Península Ibérica, etc., y en este extremo Occidente, no lo olvidemos, es el mundo donde nacer el cartesianismo, un mundo de análisis que se opone a las reacciones intuitivas de Oriente.
DOMINGO, 20 ABRIL, 2014-Podría definirse el Canto Bizantino como la expresión musical utilizada por la Iglesia Ortodoxa Griega en su liturgia y celebraciones.
Su carácter exclusivamente vocal (la única excepción es el empleo ocasional de campanas y un instrumento de madera también percutible denominado toaca) y monódico (en esto se aproxima al canto gregoriano, su equivalente aunque tan sólo sea en cuanto a función, en el ámbito de la Iglesia Occidental), son dos de sus rasgos más peculiares.
El tercero el hecho de estar vinculado de un modo absolutamente esencial a la lengua griega, lengua litúrgica por antonomasia para el cristianismo, pues en ella se escribieron sus textos fundacionales.
Asimismo es de especial importancia, para el tema que nos ocupa, la primera traducción del Antiguo Testamento a una lengua distinta del hebreo, la denominada Septuaginta o Biblia Griega (sobre este texto realizó San Jerónimo su versión latina de la Biblia, la denominada “Vulgata”).
Finalmente en lengua griega tuvo lugar durante los primeros siglos del cristianismo un brillante florecimiento de la himnografía religiosa llevada a cabo por poetas músicos, entre los cuales cabe destacar Romanos el Melodista o Juan Damasceno.
El realce de estos textos, por encima de cualquier razón estética, es el cometido primordial encomendado al Canto Bizantino, con la sola excepción, la composición puramente musical denominada Krátima.
Una de las cuestiones más interesantes del Canto Bizantino es sin duda el hecho de que hunde sus raíces, y de una forma ininterrumpida a pesar de las inevitables modificaciones producidas por el paso de los siglos -en esto es equiparable a la propia lengua griega-, en la Antigüedad.
Efectivamente, aunque su periodo fundacional haya de establecerse obviamente a partir de los siglos II o III de nuestra era, el caso es que debido a un fenómeno de sincretismo advertible también en otros muchos aspectos, tales como el pensamiento teológico, la liturgia o el arte, en él se puede rastrear además de la existencia de abundantes vestigios paleocristianos, también la pervivencia de material procedente de la Grecia Antigua, así como del área siria y palestina.
Como es lógico suponer, las primeras expresiones musicales cristianas debieron de estar profundamente influidas por los cánticos propios del culto judío.
Sin embargo, con el tiempo y su incontenible expansión en el área cultural helénica, hubo de producirse el fenómeno de sincretismo antes apuntado mediante el cual con toda seguridad se introdujeron en el repertorio bizantino elementos propios de las expresiones musicales cultuales paganas, tanto de origen mistérico como del culto oficial, y asimismo de música profana. Señal de ello lo constituye la evidencia de que tanto la teoría musical como el complejo sistema de notación adoptado por el canto bizantino en sus comienzos fue el que utilizaban los griegos en la Antigüedad.
Evolución
Tras estos comienzos un tanto oscuros el Canto Bizantino tiene su primer gran periodo de expansión entre los siglos V al XI. Siguiendo el modelo de la hímnica griega (de Píndaro por ejemplo), aparece una pléyade de poetas músicos, que sientan las bases en torno a las cuales de un modo constante, se va a asentar el desarrollo posterior.
A este último se atribuye el establecimiento de los ocho modos o tipos melódicos que caracterizan al canto bizantino hasta nuestros días, el denominado “octoeco” bizantino: el I, II, III, IV (en griego se numeran de la letra alfa a la letra delta) y sus correspondientes modos “plagal”.
Entre el siglo XII y la caída de Constantinopla tiene lugar una evolución un tanto peculiar; de un estilo de gran sobriedad y fundamentalmente silábico (a cada sílaba del texto musicado corresponde una nota melódica), se pasa paulatinamente a otro de carácter melismático denominado kalofónico, “de bello sonido”, en el que predomina un gran barroquismo en la elaboración, pues en este caso a una sílaba del texto escrito puede llegar a corresponder hasta una frase musical completa.
El máximo representante de esta tendencia de gran éxito en la tradición bizantina posterior fue Juan Koukuzelis. Un nuevo tipo de composición, la Krátima, aparece también con el nuevo estilo; un desarrollo musical de gran fantasía que por vez primera carece de texto litúrgico de referencia.
Ya en pleno siglo XVIII asistimos a un nuevo florecimiento de esta rica tradición. En este periodo cabe destacar a dos grandes personalidades.
En primer lugar a Pedro Lampadarios o Peloponesios, que además de ser un gran compositor, llevó a cabo una ingente tarea de exégesis y recuperación de toda la tradición anterior, labor que fue continuada por su discípulo Pedro de Bizancio. Y en un segundo lugar Pedro Bereketis; en él podemos apreciar una síntesis excepcional de los viejos modos y de influencias foráneas, provenientes tanto del ámbito turco, al que políticamente pertenecía Grecia en ese momento, como del occidental.
Durante los siglos XIX y XX con la independencia política del Estado griego asistimos a una revitalización constante de esta antiquísima tradición sin perder en ningún momento sus rasgos esenciales, así como al final del proceso de simplificación de la compleja notación musical bizantina en torno a la segunda década del siglo XIX.
[Modos de interpretación]: Con carácter general existen dos formas de interpretar el Canto Bizantino. La individual, por medio de un psaltis o cantor, y la colectiva a través de un coro tradicionalmente masculino.
En la mayoría de los casos, tanto el psaltis como el coro son acompañados por uno de los elementos más llamativos de este estilo para un oyente habituado a la música occidental y que le prestan un carácter que podríamos calificar de “místico y sobrecogedor”, los isócrates, quienes tienen como función emitir un bordón vocal que marca el tono predominante de la composición ejecutada.
Esta especie de “zumbido cósmico” representa para los teóricos de este estilo musical la propia unidad y concordia entre los creyentes.
Existe una gran cantidad de composiciones en el Canto Bizantino, las más importantes:
Kanónas (canon): quizás sea una de las composiciones más brillantes del arte musical bizantino debido al ritmo rápido que las caracteriza en su interpretación. Consta de un número de odas que varía entre 3 (durante la época del “Triodion”, periodo litúrgico que va desde la Cuaresma al domingo de Pascua), y 9. Cada oda consiste en una estrofa inicial (irmos), que al final de la composición, se canta de un modo lento (katavasia), y de diferentes estrofas con un metro y una melodía similar a la del irmos, las troparia.
kontákion: son himnos muy antiguos, de gran longitud y libertad compositiva, de los que en la actualidad tan sólo suele ejecutarse las primeras estrofas.
Akathístos: obras también de gran envergadura (constan de 24 estrofas) y que se interpretan tan sólo en las grandes celebraciones.
Idiómelon: consiste en una composición con estructura tanto poética como melódica individualizada y que por lo tanto no sirve nunca de modelo a otras piezas.
Theotokío: himnos dedicados a “la Madre de Dios” (Theotokos).
kathísma: composición que da entrada a partes de la liturgia que se escuchan sentado.
Apolytíkion: piezas interpretadas habitualmente con un ritmo rápido y que sirven de despedida en los diferentes servicios.
Krátima: como ya hemos indicado anteriormente, se trata de trabajos puramente musicales pues carecen de texto poético.” – (Rafael Lobarte Fontecha).
En to stavro pares tosa (Anónimo) – “Canto Bizantino”. (‘De pie junto a la cruz’. Canción anónima bizantina).
Intérpretes: La Capella Reial de Catalunya – Director: Jordi Savall. - Marc Mauillon (Barítono) - Daniele Carnovich (Bajo) - Francesc Garrigosa (Tenor) - Jordi Ricart (Barítono)
Imágenes: Pinturas Bizantinas.
LETRA: (Traducción) De pie junto a la cruz, la pura, inmaculada, del Salvador la madre y a un tiempo virgen, entre lamentos gritaba deshecha en ardientes lágrimas: ¿Qué gran prodigio es este que ven mis ojos hoy? ¡Cómo la Vida saborea la muerte, pobre hijo añorado! ¿Qué es esto tan extraño? El gran misterio que en la tierra a ocurrido para salvación de Adán y con él, de quienes te enaltecen, el sufrir que aceptas de buen grado, la resurrección divina, y tu concepción sin simiente.
En la música bizantina, la isocrátima es la nota larga cantada por los acompañantes para apoyar la melodía llevada por el solista (en griego psaltis) o por el grupo (psaltes) en los cantos litúrgicos ortodoxos griegos y diseminado en el mundo oriental.